Seduces
el vicio del hombre.
Duermes
su pobre alma en vuelo.
Golpeas
con fuerza la puerta
y
la dejas entreabierta.
Ensucias
los caminos
con
tu abandono y tu egoísmo.
Elevando un príncipe de papel;
Figuras
de un mundo al revés.
Sangran
todas las heridas,
se
desangran tantas vidas.
Gente
que convive con la rabia,
se
violenta por beber la sabia.
Del
árbol propio que es nido ajeno;
y
mantiene caliente pequeños huevos.
Frenético
viento sacude el sueño
del
mundo perfecto, de aquellos cleros.
Sos
la manzana plantada en las tierras.
Sos
la serpiente en cada estrella.
Quemando
flores, pequeñas vidas,