29 de mayo de 2016

Sangre de la Tierra

Giró con firmeza. Hábil. Constante.
Ni bien sintió los seductores aromas, detuvo sus vueltas. Se afirmó y tiró.
El ambiente se embriagó en perfumes y el cuenco recibió excitado el torrente rojizo.
Otra vez los giros se adueñaron de la escena, mientras el oxígeno penetraba suavemente la corriente. Llegaba el momento del éxtasis.
Lo siguiente, es capricho de la bahía que reciba la sublime marea, que nos baña desde que somos tierra.

mjs

28 de mayo de 2016

La Cena

La mesa estaba servida. La olla caliente.
La muerte fue tan rápida que no llegaron a decir "buen provecho".
No cocinó más.
Y se llenaron la panza de silencio.

mjs

4 de mayo de 2016

Inconsciente Sicario


Estaba todo listo. Se había encargado de que alguien cuide a los chicos. Se aseguró de que esa noche, ella estaría libre. Manipuló las rutinas de unos y de otros, para que se diera el momento justo de la declaración.
Y ahí estaban ellos al fin, discutiendo temas neutrales, obligados, monocordes. Los temblores internos disfrutaban el momento haciendo derramar borbotones de sudor. El sonido de las voces era tan lejano como un eco reverberante en el Parque Las Quijadas y sus ojos penetraban en lo profundo de una mirada que no lo miraba.
 “Ahora”, decía su cabeza; “Ahora, ¡dale! ¡dale!”, gritaba su corazón; “ya tenés todo arreglado”,  reclamaba su alma… Una pausa era lo que esperaba. Una inspiración espontánea que permitiera asestar su frase pensada, repensada y estrujada durante días.
Y entre las palabras que iban y venían en el aire, prácticamente sin pensarlas, finalmente se produjo el paréntesis comunicacional entre los dos. Y se escuchó en su interior el infalible inconsciente sicario del superyó que susurró: “¿y si dice que no?”

- Chau. Hasta mañana. 
- Que tengas una buena noche.
- Gracias. Vos también.

Cenó como todos los días. Solo.
Y superyó en un rincón.
mjs