28 de junio de 2016

Vaciada


Cada palabra que la mató. Cada mano que la asesinó. Cada caricia que la ejecutó. Cada mirada que la fusiló. Cada llegada que la suprimió. Cada suspiro que la aniquiló.
Cuántas. Tantas.
Cada amanecer que la anuló. Cada anochecer que la ahogó. Cada dedo que la extinguió. Cada letra que la asfixió.  Cada silencio que la enterró.
Cuántas. Tantas.
Tantas veces murió. Miles. Tantas, que un día dejó de morir.
Que un día soltó. Sin aire. Sin sangre. Soltó.
Entre los dedos verdugos se escurrió. Derramada, vaciada.
La muerte ya no tomará su mano, ni escupirá su cara. La muerte ya no le cantará canciones de cuna, ni le susurrará su amor en la nuca.
mjs

7 de junio de 2016

De Rodillas

No hizo a tiempo a limpiarse la mierda de los zapatos ni el hilo de baba de la comisura.
De rodillas ante el rey pidió perdón por los improperios del pueblo.
De haber sabido del acto reconciliatorio, el suelo no hubiese dudado de abrirse, creando el más hondo de los agujeros negros y deglutido, digerido y convertido en resto fósil a ese rastrero hombre.
Hubo un tiempo en que Uno supo pararse frente al pueblo y pedir perdón por los muertos del rey.
La tierra sabe que tendrá otra oportunidad. 
Los serviles no escapan del polvo del olvido.
El tiempo sabe que puede esperar.
Los rastreros no huyen a la condena de la historia.

mjs