Brisa simplemente
llega así, tranquila. Flotando. Tibia o fresca. Pero siempre acariciando.
Serena.
Sorprende al
arbusto de ramas firmes, y se enreda entre las flores de más allá. Las tristes.
Silva por lo
bajo canciones de amor, de nostalgias y de color canción. Siempre cerca del
corazón.
Brisa juega
entre las aves, entre los árboles y entre
los cables. Acompaña el vuelo de las manos que sin pensarlo nos cuentan los
años.
Lleva poesías al
oído de la vida, para que ella riegue con monerías que caen como sonrisas y sin que
nadie las espere, alegren el día.
Tiene todos los
perfumes, los sabores, las miradas y las voces.
Acaricia las mejillas de las niñas en aquella esquina. Las mima.
Acaricia las mejillas de las niñas en aquella esquina. Las mima.
Brisa sigue su
senda y hace de una bolsa un cometa. Que no llega a las estrellas, pero se
eleva, se eleva, se eleva, hasta aquella antena. Y espera.
Danza con las
hojas del otoño, y dibuja en el aire obras de arte para que nadie, nadie,
olvide el paisaje. Ni su viaje.
Brisa, envuelve
aquel abrazo y lo convierte en un beso. Pinta el cielo celeste sueño, de estos
dos que detienen el tiempo. Y en esta plaza se visten de amor eterno.
Brisa
simplemente desaparece así, tranquila. Flotando. Tibia o fresca. Pero siempre
acariciando. Serena.
mjs
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