10 de febrero de 2017

Brisa

Brisa simplemente llega así, tranquila. Flotando. Tibia o fresca. Pero siempre acariciando. Serena.
Sorprende al arbusto de ramas firmes, y se enreda entre las flores de más allá. Las tristes.
Silva por lo bajo canciones de amor, de nostalgias y de color canción. Siempre cerca del corazón.
Brisa juega entre las aves, entre los árboles  y entre los cables. Acompaña el vuelo de las manos que sin pensarlo nos cuentan los años.
Lleva poesías al oído de la vida, para que ella riegue con  monerías que caen como sonrisas y sin que nadie las espere, alegren el día.
Tiene todos los perfumes, los sabores, las miradas y las voces. 
Acaricia las mejillas de las niñas en aquella esquina. Las mima.
Brisa sigue su senda y hace de una bolsa un cometa. Que no llega a las estrellas, pero se eleva, se eleva, se eleva, hasta aquella antena. Y espera.
Danza con las hojas del otoño, y dibuja en el aire obras de arte para que nadie, nadie, olvide el paisaje. Ni su viaje.
Brisa, envuelve aquel abrazo y lo convierte en un beso. Pinta el cielo celeste sueño, de estos dos que detienen el tiempo. Y en esta plaza se visten de amor eterno.
Brisa simplemente desaparece así, tranquila. Flotando. Tibia o fresca. Pero siempre acariciando. Serena.

mjs


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